CONTROL SOCIAL, MECANISMO PARA LA EVALUACIÓN DE RESULTADOS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
Introducción
En esa dinámica se dan todo tipo de situaciones que pueden llevar a una negociación exitosa o un estallido social. El planeta asiste a una ola de reformulaciones, replanteamientos y reformas; la crisis ambiental del cambio climático, la responsabilidad social, del Estado y la presión de las actividades extractivas sobre los recursos naturales, ha catapultado de forma definitiva nuevas situaciones, lecturas, tendencias y resultados.
El abismo planteado en la excesiva ganancia, individual y corporativa VS la extrema pobreza, ha radicalizado las posiciones de ambos lados, ha puesto en evidencia un punto de quiebre en el pluralismo cultural, llevando a una homogenización perturbadora, que ha roto el balance del acuerdo esencial entre el Estado, individuo y sociedad.
Ese desequilibrio se ha manifestado esencialmente, en la desconfianza de los regentes de los poderes públicos del Estado, replicado también en los poderes administrativos a nivel local. La afectación a la credibilidad y legitimación de las políticas públicas y demás acciones estatales en la gestión fiscal, ha desbalanceado el concepto de democracia y ha reflejado una crisis social y política de grandes dimensiones.
La participación y control social, para el control de la gestión fiscal del Estado son imprescindibles y necesarias. Los contribuyentes requieren de una robusta gestión que refleje con resultados tangibles la solución de problemas fundamentales, insisto para mantener un equilibrio social y económico que nos permita vivir armónicamente. El orden social se garantiza con la inclusión equitativa de todos los sectores en la dirigencia del Estado y de su control.
Descripción general
Democracia representativa y ciudadanía, comunidad y participación, constituyen categorías filosóficas y políticas de acción, las que siempre han suscitado gran interés, para examinar, diagnosticar o leer sus resultados. En el intento por materializar los conceptos, se ha llevado a cabo dentro del imaginario y tejido social por el individuo y la comunidad, a ambicionar el establecimiento del modelo ideal, que permita un desarrollo armónico y progresivo hacia la convivencia pacífica y la prosperidad. Todo ello a través de la cultura, individuo, comunidad y sociedad.