DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA.
UNA VISIÓN CRÍTICA DEL PODER DECISORIO DE LA CIUDADANÍA

Introducción

El Estado, como forma organizada del poder político, ha tenido desde sus más antiguas expresiones en forma perenne, el debate en torno del cómo han de instituir las variadas atribuciones, facultades, funciones de los poderes de la organización de lo público.

En esos debates se han originado teorías acerca la emanación del poder, desde la divinidad, naturalismo, contractualistas, soberanía popular, tiranía, autarquía, socialismo, comunismo. El otro debate sobre la esfera estatal es la ordenación acerca la forma de limitación del poder político, alcanzando el umbral de equilibrio de poderes entre sí y a su vez con las expresiones democráticas ciudadanas y sociales.

Ello a través del diseño de un sistema de pesos y contrapesos, originado en la sociedad en el primer caso y en el segundo derivado de la democracia directa participativa, desplegada por el constituyente primario, como limitación al poder político.

Así las cosas participación, ciudadanía, sociedad, representación, Estado, poder político, pesos y contrapesos y limitaciones, son elementos formantes del núcleo institucional; desde donde se crean toda clase de dimensiones focalizadas esencialmente en lo cultural y social, para la construcción de un sistema principios, valores, garantías, obligaciones y derechos. Bajo la egida de un sistema de limitaciones y controles.

La existencia y permanencia de esos controles y límites, son reconocidos como de valor sustantivo en el conjunto de obligaciones y derechos, que hacen democráticamente funcional a una sociedad.

Ese sistema debe convertirse en la expresión de libertad e igualdad de cada individuo, transversalizado por la expresión democrática, participativa y pluralista, del respeto a la dignidad humana, la solidaridad y la prevalencia del interés general.

Descripción general

4 Capítulos

La democracia constituye necesariamente un despotismo, por cuanto establece un poder ejecutivo contrario a la voluntad general. Siendo posible que todos decidan contra uno cuya opinión pueda diferir, la voluntad de todos no es por tanto la de todos, lo cual es contradictorio y opuesto a la libertad.

Immanuel Kant

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